¡IMPONER EL MAOÍSMO, APLASTAR EL REVISIONISMO!

23/11/12

LOS COMUNISTAS Y LAS ELECCIONES BURGUESAS



“…el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia.” Manifiesto del Partido Comunista. C. Marx y F. Engels 

Conforme se va acercando el proceso de las elecciones burguesas en el Ecuador, corresponde a los comunistas y revolucionarios insistir en la demarcación de posiciones respecto de la táctica proletaria y la revisionista. Pese a que ya en anteriores documentos y comunicados hemos dado nuestra posición sobre la democracia burguesa, lo volvemos hacer, conscientes de que para imponer las tesis del proletariado “no hay que decir una vez, sino cien veces; no hay que decir a pocos, hay que decir a muchos” como sabiamente lo enseñó Mao Tsetung.

La reacción y el revisionismo buscan a como dé lugar arrastrar a las masas hacia el parlamentarismo burgués, pretenden inclusive mostrar que quien o quienes no participan de las elecciones son unos “desadaptados”, “infantiles”, “retrógrados”, etc. Frente a esa ofensiva derechista, el secretariado de nuestra organización ha desarrollado el presente documento con dos objetivos fundamentales: por un lado, cerrar filas dentro de las fracciones comunistas que asumimos el Maoísmo y las que caminan hacia allá, es decir blindarnos contra toda la basura electorera burguesa; y, por otro lado, combatir a las distintas camarillas revisionistas que como el PS-FA, viejo PC, MPD y PK vienen confundiendo al pueblo arrastrándolo detrás de una u otra facción de la gran burguesía.

-EL MARXISMO NO ES UN DOGMA, SINO UNA GUÍA PARA LA ACCIÓN

Desde los albores del pensamiento revolucionario del proletariado, es decir desde la publicación del Manifiesto del Partido Comunista, siempre se insistió en que el marxismo era y es una guía para la lucha de clases del proletariado y no un dogma o una receta petrificada. 

Esto siempre fue defendido por los clásicos: Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, Stalin y Mao Tsetung. Al decir que es una guía para la acción nos referimos a que sus principios generales, fundamentales, son de validez universal, pero que su aplicación, su especificación, son diferentes de un continente a otro, de una época a otra, de un país a otro, inclusive de una región a otra dentro de un mismo país. Comprender esto es básico pues los clásicos del marxismo jamás pretendieron elaborar una teoría que tenga en cuenta de una vez y para siempre los casos que pueden darse tanto en Alemania como en EEUU, en China, Rusia o los países africanos, ya sean de principios de 1900, 1950 o del año 2012…Es demasiado evidente esto, que quien sostenga lo contrario se verá envuelto en pensamientos absurdos y ridículos. Los clásicos jamás pretendieron hacer algo así porque eran materialistas y no idealistas, sabían que la teoría revolucionaria solo podría brotar de la experiencia práctica de millones de personas y a la vez serviría como guía de nuevas luchas, pero nunca como una receta, a lo sumo como una brújula, como un faro de luz que alumbra la lucha del proletariado y las masas populares en cada etapa por las que atraviesa la lucha de clases rumbo al Comunismo.

El revisionismo pretende justificar su cretinismo parlamentario utilizando dos o tres planteamientos de los clásicos –sacados de contexto y de forma mecanicista- para decir que si no se participa en las elecciones burguesas se es “infantil”; ellos piensan que el marxismo es algo así como una receta de cocina donde el “chef” dice de una vez y para siempre cuántos ingredientes se deben poner, cómo y en qué cantidad, receta que pasará de generación en generación con ninguna o casi ninguna modificación y así por los siglos de los siglos “amén”…

Por eso, para entender cuál es la verdadera táctica proletaria frente a las elecciones burguesas debemos partir del análisis concreto de la realidad concreta en este tema.

-LAS ELECCIONES BURGUESAS EN EL CAPITALISMO DE LIBRE EMPRESA

En los siglos XVIII y XIX, el capitalismo representaba un paso adelante en el desarrollo de los modos de producción, en el desarrollo de la humanidad. En aquellos tiempos la burguesía cumplía un papel democrático y revolucionario pues enfrentaba al feudalismo y las monarquías; al respecto Carlos Marx nos plantea: 

“Las revoluciones de 1648 y de 1789 no fueron revoluciones ni inglesa, ni francesa; fueron revoluciones de estilo europeo. No representaban el triunfo de una determinada clase de la sociedad sobre el viejo régimen político; eran la proclamación de un régimen político para la nueva sociedad europea. En ellas había triunfado la burguesía; pero la victoria de la burguesía significaba entonces el triunfo de un nuevo régimen social, el triunfo de la propiedad burguesa sobre la propiedad feudal, de la nación sobre el provincialismo, de la concurrencia sobre los gremios, de la partición sobre el mayorazgo, del sometimiento de la tierra al propietario sobre el sometimiento del propietario a la tierra, de la ilustración sobre la superstición, de la familia sobre el linaje, de la industria sobre la pereza heroica, del derecho burgués sobre los privilegios medievales. La revolución de 1648 fue el triunfo del siglo XVII sobre el XVI, la revolución de 1789 fue el triunfo del siglo XVIII sobre el XVII. Esas revoluciones expresaban mucho más las necesidades del mundo de entonces que las necesidades de aquellas partes del mundo en que se habían desarrollado, es decir, de Inglaterra y Francia.” LA BURGUESIA Y LA CONTRARREVOLUCION

En esas condiciones, de un capitalismo floreciente y revolucionario contra el feudalismo y el andamiaje medieval, nació el moderno proletariado industrial y como tal fue paulatinamente adquiriendo conciencia de clase en medio de cruentas luchas y episodios. 

Los comunistas, con Carlos Marx y Federico Engels a la cabeza, comprendieron que por un lado, el proletariado debía luchar conjuntamente con la burguesía contra el feudalismo, pero por otro lado que debía constituirse en partido independiente, con línea política y programa propios, para que una vez derribado el feudalismo comience inmediatamente la lucha contra la burguesía.
Consecuentemente con esto, los comunistas adoptaron la siguiente táctica en torno a la democracia burguesa: en primer lugar desenmascararon y advirtieron a las masas proletarias y campesinas del carácter de clase de dicha democracia para que no se hicieran falsa ilusiones respecto a la misma, es ahí cuando Carlos Marx plantea que “A los oprimidos se les autoriza, una vez cada tres o seis años, decidir que miembros de la clase dominante han de representarlos y aplastarlos en el Parlamento”. Y simultáneamente, como correspondía a lucha contra el feudalismo, plantearon que el proletariado podía participar en las elecciones burguesas en determinadas condiciones y países concretos, con fines específicos como fue el caso de las elecciones presidenciales de los EEUU en 1864, donde Abraham Lincoln representaba las posiciones democráticas y anti-esclavistas. “Saludamos al pueblo americano con motivo de la reelección de Ud. por una gran mayoría. Si bien la consigna moderada de su primera elección era la resistencia frente al poderío de los esclavistas, el triunfante grito de guerra de su reelección es: ¡muera el esclavismo!” A Abraham Lincoln, Presidente de los Estados Unidos de América. Carlos Marx

Como vemos la táctica comunista frente a las elecciones burguesas en la época del capitalismo de libre empresa era aceptar la participación del proletariado en determinadas condiciones y países, con fines específicos, pero sin dejar de denunciar ni por un instante el carácter de clase de esa democracia y tampoco perder la perspectiva de que el proletariado debía conquistar el poder.

Los mejores representantes del proletariado, Carlos Marx y Federico Engels, fallecieron hacia fines del siglo XIX, objetivamente alcanzaron a vivir y luchar en la fase del capitalismo de libre empresa. 

-LAS ELECCIONES BURGUESAS EN EL CAPITALISMO MONOPOLISTA

A inicios del siglo XX el capitalismo se transforma en monopolista, pasa a su fase superior y última, el imperialismo. Esto trajo consecuencias profundas en todo el sistema económico, social y político del mundo entero. Ya no había un capitalismo floreciente sino moribundo, la burguesía ya no era revolucionaria sino profundamente reaccionaria, el capitalismo dejó la libre empresa para el pasado y se concentró cada vez en más reducidos círculos del capital financiero internacional, en adelante el destino de naciones enteras y de cientos de millones de trabajadores estaba en las manos de un puñado de grandes empresarios y banqueros; en síntesis el capitalismo ya no podía ofrecer nada nuevo y progresista a la humanidad, se había agotado, debía ser derribado para dar paso a la etapa de la revolución proletaria, a un nuevo modo de producción, el socialismo.

Esto fue comprendido por los revolucionarios bolcheviques, quienes bajo la dirección de Lenin y Stalin, lograron determinar que el mundo había ingresado en la fase del imperialismo.
Lenin, de quien las masas proletarias decían “es el Marx de nuestros días”, publicó su célebre libro “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, en 1916 cuando se desarrollaba la Primer Guerra Mundial imperialista. De entre muchas lecciones que nos da ese libro, se pueden resumir en dos: por un lado que el imperialismo “es la reacción en toda la línea”, y por otro lado que vivimos en la etapa del “imperialismo y las revoluciones proletarias”. 

En estas condiciones la táctica del proletariado debía reajustarse partiendo del análisis concreto de la realidad concreta. 

Lenin siguió conservando lo medular del marxismo frente a la democracia burguesa, concerniente a desenmascararla sin tregua para que las masas de trabajadores no se hagan la menor ilusión respecto de un cambio a través de esas elecciones. “La democracia burguesa, constituyendo un gran progreso histórico en comparación con el medioevo, sigue siendo siempre –y bajo el capitalismo no puede dejar de serlo- estrecha, castrada, falsificada, hipócrita; un paraíso para los ricos y una trampa y un engaño para los explotados, para los pobres”.  Lenin

Simultáneamente, los bolcheviques aplicaron el boicot armado contra las elecciones de 1905 convocadas por el Zar, totalmente amarradas por las clases dominantes rusas y en un momento en que la lucha combativa de las masas iba en ascenso. Y cuando el tema de la asamblea constituyente estuvo al orden del día en la lucha de clases en Rusia, los comunistas decidieron participar en ella pero de un modo revolucionario como lo cita a continuación un documento partidario: “la realización de la república democrática en Rusia es posible únicamente como resultado de la insurrección popular victoriosa, cuyo órgano será el gobierno provisional revolucionario, único capaz de garantizar una libertad completa de agitación electoral y convocar, a base del sufragio universal, igual, directo y secreto, una Asamblea Constituyente que exprese efectivamente la voluntad del pueblo;” Numeral 2 de la resolución del III Congreso del P.O.S.D.R. (bolcheviques). *Tomado del libro de Lenin: Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática.

Es decir, participar de una Asamblea Constituyente pero sobre la base de que sea convocada por un gobierno provisional revolucionario, surgido del triunfo de la lucha armada de las masas; esto es totalmente distinto a lo que hacen los revisionistas que con el cuento de “acumular fuerzas en el parlamento” participan de asambleas constituyentes reaccionarias, convocadas por la gran burguesía y sus partidos, en medio de la vigilancia del Ejército y la Policía, con las masas desarmadas, en definitiva sirviendo objetivamente a la reacción. 

Siguiendo la experiencia de la revolución de Octubre, Lenin, máximo dirigente de la Internacional Comunista, escribió en 1920 el libro “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo” en el que en resumidas cuentas nos plantea: “Indudablemente, quien de un modo general siguiera sosteniendo la vieja afirmación de que abstenerse de participar en los parlamentos burgueses es inadmisible en todas las circunstancias, estaría en un error. No puedo intentar formular aquí las condiciones en que es útil el boicot, porque el objeto de este artículo es más modesto: se reduce sólo a analizar la experiencia rusa en relación con algunas cuestiones actuales de táctica comunista internacional.” La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo. Lenin.

Son muy claras y aleccionadoras estas palabras del gran maestro de comunistas. Lenin jamás se propuso crear una “receta” para la táctica de los comunistas frente a las elecciones burguesas, lo que si se propuso fue aclarar que una cosa era la participación del proletariado en las elecciones burguesas en la etapa de libre empresa a lo que se refiere como la “vieja afirmación”, y que otra muy distinta es la táctica del proletariado en la época del imperialismo, en la época de la “reacción en toda la línea” cuando el proletariado puede optar por utilizar las elecciones burguesas exclusivamente con fines de agitación y propaganda o incluso el boicot armado dependiendo del grado de desarrollo de cada proceso revolucionario y por la etapa que esté atravesando. 

Posteriormente la revolución china comandada por Mao Tsetung confirmó esta verdad universal, de que con las elecciones burguesas no se logra ningún cambio para el pueblo, sino mediante la lucha de las masas con fusiles creando Nuevo Poder. El imperialismo norteamericano junto al Kuomintang pretendieron, en 1945, descarrilar la lucha armada de las masas populares chinas para lo cual ofrecieron curules parlamentarios a cambio de que el Partido Comunista entregue los fusiles y desmovilice las Bases de Apoyo. Esto fue apoyado dentro del PCCH por LiuShao-chi pero es derrotado en medio de la lucha de dos líneas por Mao Tsetung, logrando que la revolución democrática de nuevo tipo avance hacia la conquista del poder en todo el país en octubre de 1949.

-EL CRETINISMO PARLAMENTARIO EN ECUADOR

Está comprobado históricamente hasta la saciedad, que por medio de las elecciones burguesas el proletariado no obtendrá ningún cambio verdadero, a lo sumo unas cuantas reformas aisladas que serán constantemente barridas por las clases dominantes. 

En nuestro país el cretinismo parlamentario destruyó muchas organizaciones, dirigentes, militantes, masas del pueblo, frustró proyectos y esperanzas; sobretodo comprueba que cuando los comunistas no asumen el marxismo y lo aplican a la realidad concreta, cuando se dejan llevar por la coyuntura, por la frase “el movimiento lo es todo, el fin no es nada”, acabarán inevitablemente autodestruyéndose, convirtiéndose en viejos burócratas vende-obreros, al servicio del gran capital, en simples fichas de ajedrez de las clases dominantes, y lo peor es que no se hunden solos sino que van arrastrando a importantes franjas de las masas populares detrás de ellos.

En 1945, después de la insurrección conocida como la “Gloriosa”, el viejo Partido Comunista, el de los miserables Pedro Saad y René Maugé, participó en las elecciones burguesas junto al oligarca Velasco Ibarra, haciendo que toda esa efervescencia de las masas se diluya en la asamblea constituyente de entonces. Luego crearon la Unión Democrática Popular con la cual se metieron en las comunidades campesinas para decir a las masas que “voten por ellos” para “hacer la revolución”, cuánta confusión crearon en el campo y también a los obreros en la ciudades. 

Llegó un tiempo de tanta aberración de los revisionistas del viejo PC que prácticamente toda su “vida partidaria” giraba en torno a las candidaturas, a inscribir frentes electorales, a ver cuántos votos han sacado, inclusive el discurso de “tomar el poder” quedó totalmente de lado. Y cuando hicieron su “último esfuerzo” creando el Frente Amplio de Izquierda, FADI, se dedicaron a las alianzas con los partidos de la burguesía en el parlamento. Por eso no es de extrañar que en la actualidad estén apoyando a un gobierno fascista como el de Correa con el cuento de “hacer la revolución”.

Otros que practican el cretinismo parlamentario son el MPD, partido archi-electorero, oportunista y profundamente revisionista. Cuando el PCMLE sufrió un terremoto en su interior y abandonó el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, entonces perdió el horizonte revolucionario y se pasó al hoxhismo, producto de esa línea negra, oportunista de derecha, nació el MPD. Al inicio decían “combinación de todas las formas de lucha”, luego hablaron de que había que co-gobernar con la burguesía para “presionar desde adentro”, casos de Lucio y Correa, hasta que han acabado planteando que luchan por la “seguridad”, por la “democracia y la tolerancia” tal cual es el discurso socialdemócrata de Acosta. 

Los Villacís, Terán, Palacios, Rojas, Atariguanas, son verdaderos clanes familiares que a nombre de la revolución mantienen una cierta base social engañada, manipulada, cautiva, todo para acomodarse ellos, sus familias y sirvientes en puestos burocráticos, son buenos sirvientes del gran capital y el viejo Estado.

De Pachakutic y el Partido Socialista Frente Amplio se repiten historias parecidas, de oportunismo sin límites de sus líderes, de acomodos, de apoyo a las distintas facciones de la gran burguesía, inclusive no olvidemos cuando el PSFA apoyó como candidato a Alcalde de Quito a Rodrigo Paz, un empresario accionista del grupo empresarial monopólico Supermaxi; o cuando Nina Pacari de Pachakutic se fue a entrevistar con George Bush en el 2003, cuando Luis Macas fue ministro de agricultura de Lucio Gutiérrez y defendió a los terratenientes, la candidatura de AukiTituaña con el banquero Gullermo Lasso, etc.

-PROPUESTA COMUNISTA

En el curso de la lucha de clases y frente a la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial que se avecina, el imperialismo y las clases dominantes seguirán aplicando las elecciones burguesas como un mecanismo para descarrilar la lucha de las masas, para frenar o destruir los procesos de lucha armada revolucionaria, para seguir perpetuándose en el poder. 

Por esto, corresponde a los comunistas y revolucionarios las siguientes tareas:

-Afirmarse permanentemente en la línea roja del proletariado, en el marxismo-leninismo-maoísmo, aplicándolo creadoramente a la realidad concreta, para no dejarse confundir por la ofensiva reaccionaria y revisionista en este tema. 

-Desenmascarar por todos los medios y de forma permanente el carácter de clase de la democracia burguesa, debemos deslegitimarla, demostrar en la teoría y en la práctica que es una falsa democracia, como dice Lenin un paraíso para los ricos y un engaño para los pobres. 

-Combatir implacablemente al revisionismo pues sin la colaboración de éste, las clases dominantes no podrían arrastrar tan fácilmente a las masas populares detrás del parlamentarismo burgués.

-Levantar la propuesta del proletariado en torno a la democracia, según la etapa que corresponda; en nuestro país masificar el planteamiento de la Revolución de Nueva Democracia bajo la enseñanza de Mao Tsetung: “La política de Nueva Democracia, que preconizamos, consiste en derrocar la opresión extranjera y liquidar la opresión interior feudal y fascista, para luego establecer un régimen político de frente único de todas las clases democráticas…” Sobre la Nueva Democracia.

-Insistir en que en la época del imperialismo, los comunistas y revolucionarios solo tenemos dos opciones frente a las elecciones burguesas: utilizarlas exclusivamente con fines de agitación y propaganda o aplicar el boicot armado, según el grado de desarrollo de cada proceso.

-El voto nulo o el no votar, no deben ser planteados de forma mecanicista, sino de acuerdo al análisis concreto de la realidad concreta.

-Consecuentemente con lo anterior, nuestro Partido en las actuales condiciones de la lucha de clases en el Ecuador, plantea utilizar las elecciones burguesas exclusivamente con fines de agitación y propaganda, llamar al voto nulo y difundir la propuesta de la Revolución de Nueva Democracia, todo esto sin perder ni por un instante la perspectiva de preparar e iniciar la Guerra Popular para el futuro mediato.

COMITÉ DE RECONSTRUCCIÓN
PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR
22/11/2012

14/11/12

EL 15 DE NOVIEMBRE DE 1922




¡Proletarios de todos los países, uníos!

El 15 de noviembre de 1922 se constituye en el bautizo de sangre y fuego de la clase obrera en el Ecuador. Hace 90 años, los obreros y trabajadores de distintas ramas productivas, fábricas y talleres, principalmente de la ciudad de Guayaquil, realizaron una serie de protestas que culminaron en la huelga de 1922. Las clases dominantes del país, gran burguesía y terratenientes, junto al imperialismo norteamericano reaccionaron conforme a su naturaleza explotadora: dieron la orden al Ejército para que acribillen a los obreros en huelga, saldando aquel trágico día con cerca de 1000 muertos; tras esta lucha los trabajadores conquistaron la jornada laboral de 8 horas. 

Desde esa fecha hasta la actualidad, la situación de la clase obrera y los trabajadores del Ecuador no ha cambiado sustancialmente. El capitalismo burocrático sigue profundizándose con el actual gobierno fascista: 6% de desempleo, 45% de sub-empleados, 292 es el salario básico mientras Correa gana 7 mil dólares mensuales, los asambleístas 6 mil y los jueces nacionales 5 mil; los grandes burgueses y terratenientes, en confabulación con el imperialismo (EEUU y CHINA), siguen explotando a los trabajadores, principalmente a obreros y campesinos. 

En estas condiciones, aprovechamos la conmemoración de los 90 años del 15 de Noviembre de 1922 para extraer lecciones de estos duros acontecimientos, con la perspectiva de avanzar en el proceso de reconstrucción del PCE, profundizar la lucha de fracciones comunistas y contribuir a concienciar y organizar a las masas populares.

-Clase en sí y clase para sí

El marxismo nos enseña que existen dos categorías para definir la clase social. Clase en sí, significa que objetivamente, productivamente, tal persona es de ésta o aquella clase. Mientras que clase para sí significa que se identifica con las concepciones e intereses de su propia clase social u otras. Por ejemplo, un obrero puede no tener conciencia de su situación como clase explotada y del papel que debe cumplir en la historia, puede incluso identificarse con la ideología burguesa. Otro caso es el de varios intelectuales, que siendo pequeños-burgueses económicamente, asumen la ideología del proletariado, se transforman en comunistas. 

Los obreros que participaron de aquella huelga de 1922 no tuvieron conciencia de su papel de clase, el movimiento obrero ecuatoriano recién estaba estructurándose y las tesis comunistas apenas habían comenzado a llegar al país. De esa manera, sin dirección proletaria, los obreros marcharon contra la burguesía de forma espontánea, con reivindicaciones casi estrictamente en el plano económico, sin incorporar a las demás clases trabajadoras en esta lucha y sin una estrategia de violencia revolucionaria. En esas condiciones los obreros fueron presa fácil del gobierno reaccionario y su ejército.

Para que las luchas del movimiento obrero y popular obtengan victorias, para que no sea traficada por los oportunistas y sobre todo para que esta lucha genere un Nuevo Poder, es imprescindible que exista dirección proletaria y eso en concreto es la formación del Partido Comunista de nuevo tipo, el partido marxista-leninista-maoísta. 

-Proletariado dirigente, campesinado fuerza principal

Los obreros, sin dirección proletaria, no lograron comprender la existencia del capitalismo burocrático en el Ecuador. Conforme a esto, pretendieron llevar a cabo su lucha exclusivamente con los trabajadores urbanos, dejando a un lado a las grandes masas campesinas pobres. En esas condiciones fueron aislados y posteriormente masacrados. 

En nuestro país que es semi-feudal y semi-colonial, el proletariado si bien es la fuerza dirigente del proceso (por ser la clase más avanzada y última de la historia), es sumamente pequeña (800 mil obreros de una población de 14 millones de habitantes), mientras que el campesinado (aproximadamente 7 millones) es un sector grande de las masas pobres, por lo que se constituye necesariamente en la fuerza principal del proceso.

De esta manera, debemos romper las tesis obreristas del revisionismo en el Ecuador. La etapa que corresponde a nuestro país no es el socialismo inmediatamente, sino la Nueva Democracia cuyos ejes son la lucha anti-imperialista y anti-feudal. El proletariado dirige la revolución democrática de nuevo tipo, lo que se expresa en la dirección del proceso por el Partido Comunista; y por otro lado, la alianza obrero campesina no es solo la lucha conjunta de obreros y campesinos contra los explotadores, sino y principalmente la conducción comunista del movimiento campesino. 

-Sindicalismo rojo versus sindicalismo amarillo

El movimiento obrero ecuatoriano ha estado en su mayoría, y por largos periodos de tiempo, manipulado por el revisionismo y el oportunismo. La Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE) se dedicó a una lucha economicista y simultáneamente al acomodo de dirigentes burócratas en secretarias, ministerios, etc., del viejo Estado. En tanto que la Unión General de Trabajadores del Ecuador (UGTE) es la base de un trabajo electorero del MPD, profundamente reformista y revisionista; otra central como la CEOSL tiene fama de haber sido fundada y dirigida por el imperialismo para dividir aún más a la clase obrera bajo postulados de apoliticismo, mientras que la CEDOC fue creada para dividir a los obreros bajo el sindicalismo católico, pacifista. Más grave aún es la actual creación de organizaciones laborales adscritas al gobierno fascista, tales como el sindicato de trabajadores públicos. 

Todo ese sindicalismo amarillo es el que se ha encargado de dividir y destruir el movimiento obrero, de corromper su conciencia de clase y arrastrarlo detrás de los proyectos de una u otra facción de la gran burguesía. 

Contra ese sindicalismo amarillista, se levanta el naciente trabajo del sindicalismo rojo, con dirección proletaria. En ese sentido hay varias experiencia: saludamos en primer lugar el trabajo que viene desplegando el Frente de Defensa de Luchas del Pueblo; diversas organizaciones estamos en un proceso de fundir el marxismo con el movimiento obrero y popular para lo cual se aprovechan las marchas del primero de mayo, las fechas históricas como el 15 de noviembre de 1922, las campañas de pintas cerca de fábricas, comunidades, etc. 

Es nuestro deber aplicar la táctica marxista en cuanto a trabajo de masas: diferenciar las profundas masas que ascienden desde lo hondo, de esa nata podrida que flota en la superficie y que es la burocracia sindical amarillista. Por sobre las dirigencias revisionistas y reformistas, podemos y debemos incidir con propaganda, agitación y organización en los trabajadores. 

-El papel de la violencia en la Historia

La principal lección que nos deja el 15 de noviembre de 1922 es sobre el papel de la violencia en la lucha de clases. Aquel fatídico día, los obreros desarmados ideológica y materialmente, intentaron reclamar sus derechos siendo aplastados por la burguesía y su ejército.

Está comprobado hasta la saciedad que el Estado no es un órgano por encima de las clases sociales –como pretenden los reaccionarios y revisionistas- sino que es la herramienta de una clase social para aplastar la resistencia de otras clases sociales; la democracia no es abstracta, tiene sello de clase y en definitiva el principal sostén del poder de la burguesía son el Ejército y la Policía. Mientras esta verdad universal no sea difundida y comprendida entre las masas, es imposible siquiera pensar en una revolución. 

Este tema debemos debatirlo a fondo, más aún cuando en estas últimas décadas el imperialismo y los reaccionarios, en complicidad con el revisionismo, vienen desplegando el plan “acuerdos de paz” que busca desarmar ideológicamente a las masas, destruir las guerras revolucionarias y encarrilar las luchas populares hacia el cretinismo parlamentario, la conciliación de clases y el oportunismo. 

¿Qué hubiera sucedido si en 1922 la clase obrera ecuatoriana ya tenía dirección proletaria? Esos días hubieran sido precisos para iniciar una guerra revolucionaria, para que las masas comprendan la importancia de los fusiles en la lucha de clases. 

Siempre el revisionismo ha tergiversado las tesis revolucionarias del papel de la violencia en la lucha de clases. Así por ejemplo, en mayo de 1944, después de la “Gloriosa”, los dirigentes del viejo Partido Comunista andaban junto a los militares pidiendo en pueblos y caseríos que las masas “devuelvan” los fusiles al Ejército; en los 50 y 60 del siglo pasado, la peor pesadilla de Pedro Saad era que la militancia del viejo PC se incline hacia la revolución China que proclamaba la Guerra Popular aplicada a las condiciones de cada país; y ni que decir del PCMLE cuando ya en los 90 y el año 2000, su discurso fue el insurreccionalismo de papel, reclutando jóvenes con el discurso incendiario de la “futura lucha armada”, para inmediatamente llevarlos a hacer campaña electorera por el MPD y medir sus capacidades según cuántas personas afilien a la lista 15, cuánta campaña han realizado, etc. 

Es un deber de todos los comunistas y revolucionarios el educar a las masas, teórica y prácticamente, en la violencia revolucionaria, en la importancia de tener armas, de saberlas utilizar y que son la única herramienta para la liberación del pueblo. Como parte de nuestro programa planteamos que cada familia del pueblo tiene el derecho y el deber de tener un arma, para defender su negocio y hogar. Al que dude o esté contra esto le preguntamos: ¿por qué solo la burguesía tiene el derecho de tener armas?, ¿acaso las FFAA y la Policía Nacional no son cuerpos armados al servicio de los intereses de grandes burgueses, terratenientes e imperialistas?, ¿por qué tienen tanto miedo a que las masas se armen?...

El 15 de noviembre de 1922 debe ser recordado con profundo sentido de clase, que sirva para seguir impulsando la lucha revolucionaria por el poder y no como lo hacen los reaccionarios y revisionistas que ven esa fecha como algo ya “pasado y superado”, que lanzan inflados discursos para sobre la sangre de los mártires construir sus proyectos electoreros.

Finalmente, reafirmamos nuestro compromiso revolucionario con la clase obrera, el pueblo del Ecuador y con el Movimiento Comunista Internacional.


¡Honor y Gloria a los mártires del 15 de Noviembre de 1922!

¡Viva el proletariado internacional!

¡Viva los pueblos oprimidos que luchan!

¡Salvo el poder, todo es ilusión!

¡El poder nace del fusil!

COMITÉ DE RECONSTRUCCIÓN
PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR
14/11/2012