La
aprobación de la “nueva” ley de comunicación del régimen de Correa está
generando una serie de reacciones a nivel nacional e internacional. Algunos
dicen que se “acabó la libertad de expresión” en el país, otros dicen que es
una “ley que acorrala a los monopolios privados de la comunicación”…ni lo uno
ni lo otro.
Lo
que sucede es que se confirma cada vez con mayor exactitud científica el hecho
de que en el Ecuador se está pasando de formas demoliberales de Estado y
Gobierno a formas fascistas y corporativistas. Así por ejemplo, ¿quién puede
negar la actual concentración de todos los poderes del Estado en el Ejecutivo,
y dentro del Ejecutivo en Correa?, lo que significa la negación total de los
principios demoliberales definidos por la Revolución Francesa de 1789 que
establece la clásica división de los poderes del Estado. Otro ejemplo es la
corporativización de la sociedad ecuatoriana: en el modelo demoliberal anterior
el Estado no tenía la capacidad de ingresar de lleno en las filas del pueblo,
sobretodo entre las organizaciones populares, sindicales, barriales,
estudiantiles, etc; ahora el viejo Estado de carácter burgués-terrateniente
está montando corporaciones en todos los niveles de la sociedad, corporaciones
totalmente sujetas a la política fascista del régimen tales como las redes
estudiantiles, de maestros, programas de los ministerios, juntas comunales,
centrales sindicales del régimen…Correa y su grupo aplican en este caso una de
las consignas de Benito Mussolini: “nada contra el Estado, nada fuera del
Estado, nada sin el Estado”.
Por
otro lado, verdadera libertad de expresión no ha existido para las masas
trabajadoras, ni antes con los gobiernos de la burguesía compradora, ni ahora
con este gobierno de la burguesía burocrática; además tampoco se van a acabar
los monopolios de los medios de comunicación, lo que sucede es que hay colusión
y pugna en las clases dominantes.
Comprendiendo
este escenario es que podemos ver nítidamente que la ley de comunicación del
régimen sirve de lleno a estos planes fascistas y corporativistas, aunque
algunos despistados y asalariados digan que “sirve al pueblo”.
El
régimen ha puesto una serie de anzuelos en esta ley para que los sectores del
pueblo caigan en la trampa y sean arrastrados a apoyarla. Uno de esos anzuelos
es la cuestión de los medios comunitarios; a simple vista parecería que va a
beneficiar a los sectores organizados de la sociedad, pero si dejamos a un lado
la apariencia y entramos a la esencia, vemos como la mayoría de la sociedad
está corporativizada, y por ende de ese 34% de los medios comunitarios una gran
parte irán a los sectores controlados directamente por Alianza País en la
comunidades, barrios, etc.
Otro
anzuelo tiene que ver con la cuestión de los artistas nacionales. El régimen
fascista está apelando al sentimiento de las masas, utilizan a ciertos artistas
de fama reconocida para que salgan en la propaganda oficial y se pronuncien a
favor de esta ley reaccionaria. Esta es vieja táctica fascista, ¿por qué el
gobierno no entra al debate directo de los puntos de la ley de comunicación?,
porque simplemente perdería legitimidad ante una ley tan burda y por eso buscan
desesperadamente el apoyo sentimental de las masas, sobretodo de los jóvenes.
El que salgan o no mayores espacios para artistas nacionales no soluciona
absolutamente en nada los grandes problemas del país y que tienen que ver con
la opresión imperialista, la injusta distribución de las tierras, entre otros.
Con
esta ley de comunicación en concreto lo que busca el régimen fascista es
afirmar aún más su viejo poder reaccionario, acallar a las voces periodísticas
que de uno u otro modo están en oposición, generar miedos en las masas que
persisten su lucha en distintos grados y escenarios, hostigar a los medios
alternativos y lograr un verdadero lavado de cerebros en las masas más
atrasadas.
¿Con
esto el régimen fascista se volverá “invencible”? De ninguna manera, lo que sí
es que se vienen años más complejos en la lucha del pueblo, años de mayor
represión, pero a la vez años en que las contradicciones de clases se irán
conteniendo hasta estallar como una olla de presión.
Un
claro ejemplo de esto es lo que está pasando en Brasil. Después de más de 10 años de gobiernos fascistas como el de Lula y
ahora Rousseff, se está produciendo un gran estallido social. Todas las
campañas de propaganda fascista, todo el corporativismo, todas las reformas, la
represión a las masas y sus organizaciones, todo eso se comienza a
resquebrajar. ¡Una sola chispa pudo incendiar la pradera!, y esa chispa fue el
alza de los pasajes de transporte. Si bien no es un proceso que cuente con
plena dirección proletaria, pero es un importante movimiento de masas que lucha
por sus derechos y contra diversos grados de opresión, donde 1 millón de
personas de distintas ciudades han participado de estas luchas y la represión
policial y militar no puede detener el movimiento, y las palabras farsantes de
Rousseff ya no tienen la acogida de antes.
Eso
mismo sucederá en Ecuador, Venezuela y otros países con regímenes fascistas, ya
que el fascismo puede detener la lucha de las masas por un periodo de tiempo
pero no por siempre.
¿Qué
hacer para resistir a esta ley de comunicación fascista?
Hay
que resistir y combatir con las herramientas que el proletariado y los pueblos
hemos tenido durante años como por ejemplo la hoja volante que no podrá
controlar el gobierno; convirtiendo las paredes en pizarras del pueblo, difundir
los periódicos democráticos y revolucionarios, saber
manejar clandestinamente las redes sociales en la internet y el arma más
importante de todas: el discurso, la palabra, la propaganda de boca a oído, lo
que nunca podrá silenciar ni reglamentar ningún régimen fascista.
La
verdadera libertad de expresión de las grandes masas trabajadoras solo vendrá
con la revolución de Nueva Democracia en donde las comunidades, sindicatos,
barrios y gremios apoyados en la fuerza del Nuevo Poder armado, podrán dirigir
programas radiales, periódicos, etc, y expresar libremente todos sus anhelos,
sus propuestas y quejas, ahí si florecerá el arte nacional pero no cualquier
arte sino un arte democrático, popular y revolucionario al servicio de la
liberación del pueblo. ¡Esa es la verdadera libertad de expresión y debemos
decírselo al pueblo!
¡ABAJO LA LEY DE
COMUNICACIÓN DEL RÉGIMEN FASCISTA!
¡NI MONOPOLIOS DE
COMUNICACIÓN PRIVADOS NI DEL VIEJO ESTADO!
¡RESISTIR Y COMBATIR,
EXPRESARNOS CON MEDIOS ALTERNATIVOS!
¡POR LA REVOLUCIÓN DE
NUEVA DEMOCRACIA, DONDE HABRÁ VERDADERA LIBERTAD DE EXPRESIÓN PARA EL PUEBLO!
COMITÉ DE
RECONSTRUCCIÓN
PARTIDO COMUNISTA DEL
ECUADOR
26/06/2013