¡IMPONER EL MAOÍSMO, APLASTAR EL REVISIONISMO!

15/11/10

El 15 de Noviembre y el sindicalismo ecuatoriano actual



Escritos, eventos e incluso inflados discursos del gobierno nacional se han llevado a cabo en torno a esta fecha tan simbólica y aleccionadora para la clase obrera ecuatoriana.

Sin embargo en la mayoría de ellos, se limitan a describir lo que ocurrió en aquellos días y concluir con un débil y deformado análisis sobre la situación de los trabajadores en el Ecuador.

Frente a esto, las Ediciones Vanguardia Proletaria, levanta el presente análisis, no tanto en el sentido de un relato histórico sino más bien en torno a las lecciones fundamentales que nos deja este suceso histórico, la situación actual de la clase obrera ecuatoriana y las tareas del proletariado revolucionario.

LECCIONES HISTÓRICAS DEL 15 DE NOVIEMBRE DE 1922

1.-La clase obrera fue masacrada por falta de una dirección revolucionaria proletaria que la dirija en la huelga así como en la preparación para derrocar el viejo orden de opresión y sus beneficiarios: grandes burgueses y terratenientes, aliados al imperialismo. No hubo falta de entrega de los obreros en la lucha, al contrario ellos lucharon con lo que pudieron y en la medida en que su conciencia de clase estaba desarrollándose incipientemente. En tales circunstancias, lo primero que necesita la clase obrera es desarrollar su conciencia de clase, lo cual –como nos enseña Lenin- debe ser inyectado desde afuera, por los elementos más conscientes, organizados en el Partido Comunista, pero no un partido comunista de membrete, no un partido comunista electorero y oportunista, no un partido comunista “obrero-burgués” como dice F. Engels, sino un partido comunista de nuevo tipo, que levanta la lucha y no la conciliación de clases, que se prepare para la guerra y no para el parlamentarismo, cuyos militantes entreguen su vida en la lucha y no estén esperando enriquecerse y vivir parasitando a nombre de la revolución, en fin con el partido comunista que los clásicos nos dejaron como legado, experiencia y guía.

2.-El sindicalismo de ese tiempo no pudo garantizar plenamente ni siquiera las demandas económicas, puesto que básicamente giraba en torno a la ayuda mutua, a las cajas de apoyo. En ese sentido, Carlos Marx nos enseña en “Pasado, presente y futuro de los sindicatos”, en que estos tienen tres fases en su desarrollo: la primera, la de ayuda mutua, la segunda la de lucha por las reivindicaciones económicas y la tercera, la más elevada y con dirección revolucionaria, la que lucha por el poder. En nuestro país, desde inicios del siglo XX hasta la actualidad, el sindicalismo ecuatoriano no ha pasado de la primera y segunda fase, salvo contados periodos en los que existió la vanguardia del proletariado y la tercera fase tuvo un cierto desarrollo. El resto del tiempo, el sindicalismo ecuatoriano no ha rebasado el economicismo, el gremialismo y peor aún ha sido utilizado para el parlamentarismo.

3.-Los acontecimientos del 15 de Noviembre, dan inicio al surgimiento orgánico de la izquierda en el Ecuador. La conformación del Partido Socialista en 1926 fue el inicio que, producto del eclecticismo ideológico, pronto se desvió al revisionismo, y sus cuadros más avanzados conformaron el Partido Comunista del Ecuador en 1931, partido que fue la vanguardia de la clase obrera (organizó a los pueblos conformando la UNE, FEUE, CTE y FEI) hasta 1944, fecha a partir de la cual, el viejo PC entró en un proceso de degeneración revisionista irreversible luego de entregar la dirección de la “Gloriosa” a Velasco-Ibarra, miembro de una de las facciones de la gran burguesía ecuatoriana. Veinte años después, producto de la lucha internacional y nacional entre marxistas y revisionistas, en 1964 los comunistas más avanzados salen de dicho partido y conforman el PCMLE, levantando el marxismo-leninismo-Pensamiento Mao Tse Tung, donde destacan grandes líderes revolucionarios (Maoístas) ecuatorianos como Milton Reyes, Rosita Paredes, Jorge Tinoco, Miguel Pozo. Durante 14 años, el PCMLE representó la vanguardia de la clase obrera, combatió a los gobiernos tanto de la burguesía compradora como a los de la burguesía burocrática (Velasco Ibarra, Guillermo Rodríguez Lara). La arremetida revisionista internacional contra el Marxismo-Leninismo-Maoísmo impulsada por el revisionismo dogmático de Hoxha y el PTA, sumado al quiebre interno del Comité Central del PCMLE, cambian su naturaleza de clase y lo convierten en un partido revisionista, electorero y oportunista a partir de 1978. Varias décadas después, un sector de los comunistas y revolucionarios, que persistimos en la línea revolucionaria del proletariado, levantamos las banderas rojas del 15 de Noviembre, de la “Gloriosa”, de los combates estudiantiles del 70, de las enseñanzas de Milton Reyes, del MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO y hemos emprendido la etapa de reconstrucción del Partido Comunista del Ecuador.

LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS TRABAJADORES DEL ECUADOR

La situación de los trabajadores ecuatorianos, desde 1922, no ha cambiado en lo fundamental. Siguen siendo terriblemente explotados, se les paga miserables salarios, no tienen plenos derechos sindicales, un buen sector está desempleado y subempleado (9% y 52% respectivamente).

El actual gobierno de Rafael Correa, representante de la burguesía burocrática, servil al imperialismo chino y yanqui, demagogo, fascista y corporativista, se llena la boca diciendo que está atendiendo a los trabajadores. En el colmo del populismo y la demagogia, Alianza País ha realizado una marcha en Guayaquil en honor, según ellos dicen, a los que cayeron el 15 de Noviembre.

Veamos si lo que dice Correa y su partido es real. El salario básico de un trabajador ecuatoriano está en los $ 240 USD. La canasta familiar de la pobreza bordea los $ 550 USD, es decir el salario básico solo alcanza para cubrir el 45% de las necesidades elementales de una familia promedio (5 miembros).

El desempleo se ubica en el 9% de la Población Económicamente Activa, es decir hay aproximadamente 600.000 personas en capacidad y necesidad de trabajar que no tienen empleo. El subempleo, es decir aquellos que no tienen un trabajo fijo y de remuneraciones estables, son el 52% de la PEA. Esto representa cerca de 3 millones de personas que laboran en las condiciones descritas.

Todo esto a que lleva a la sociedad?

Un sector de los pobres se ve obligado a trabajar por largas horas y extenuantes jornadas laborales, de entre 10 y 12 horas diarias y de domingo a domingo. Este es el caso, por ejemplo, de los trabajadores de Supermercados “TIA” en varias ciudades de la Sierra Centro del país: cajeros, bodegueros, personal de limpieza y guardias trabajan de domingo a domingo, entre 8 a 12 horas diarias a cambio del salario básico en el mejor de los casos, y en otros por $ 200 USD. Otros tienen que ganarse el sustento como comerciantes minoristas, fijos y ambulantes, sujetos a los créditos usureros de la banca privada (desde las grandes instituciones hasta los chulqueros) y estatal, luchando día a día por subsistir, en la práctica atados a la ley de la oferta y la demanda dentro del capitalismo burocrático.

El otro sector de las familias y los individuos más pobres, del campo y la ciudad, que no logran acceder a esos trabajos, se ven atrapados entre dos posibilidades para seguir subsistiendo y no perecer de hambre y frío: la primera opción es la migración, pero para ello requieren miles de dólares, hipotecar sus pocas y pequeñas propiedades y saben que no es seguro el viaje. La segunda opción es la delincuencia común y la prostitución, por eso se han incrementado notablemente los arranchadores, los cachineros, los venderos minoristas de droga, así como el número de mujeres que se dedican a la prostitución ya sea de manera oficial o ilegal, directamente o de manera encubierta.

Los niveles de pobreza llegan al 39% de la población y la extrema pobreza al 12,86%.
Las viviendas de un sector importante de trabajadores carecen de los servicios básicos y no están en condiciones óptimas para vivir. Solo por citar unos ejemplos: las viviendas de las familias ubicadas en el Guasmo en Guayaquil. Por más que el Alcalde Nebot y el presidente Correa, cada cual representando a su facción burguesa, maquillen la realidad no pueden ocultar la profunda pobreza. Pintan las fachadas de las casas, dan bonos de la pobreza, compran a los dirigentes barriales, etc., ¿eso cambia la pobreza de los trabajadores de Guayaquil? De ninguna manera. En Quito es similar en los cordones barriales periféricos y en otras ciudades del país.
A nivel de los derechos sindicales, estos se encuentran bastante disminuidos, sobre todo lo relativo a la huelga, a la organización sindical, a los contratos colectivos. Ejemplos sobran: con lo que pasó en ERCO, los trabajadores del sector público que serán despedidos, la represión en las haciendas de Álvaro Noboa, etc….

En síntesis, el gobierno de Rafael Correa es uno de los más grandes enemigos de los trabajadores ecuatorianos, permite y co-participa en la explotación salarial, recorta derechos sindicales, abre las puertas a las transnacionales chinas y yanquis y confronta a la pequeña y mediana producción para servir a las grandes empresas, como lo hizo con los mineros de Zamora. Los grandes burgueses, burocráticos y compradores, siguen explotando a los trabajadores a sus anchas, disfrutando de paraísos fiscales, enriqueciéndose a costa del esfuerzo de millones de seres humanos. ESTE ES EL GOBIERNO DE UNA FACCIÓN BURGUESA, NO ES MEJOR QUE LUCIO, NEBOT O NOBOA, SIMPLEMENTE MAQUILLA LA EXPLOTACIÓN CON EL REFORMISMO Y SE ESTÁ VENDIENDO AL IMPERIALISMO DEL OTRO LADO, AL CHINO EN COLUSIÓN Y PUGNA CON LOS YANQUIS.
LAS TAREAS DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO

Las tareas del proletariado revolucionario se desprenden de las condiciones objetivas (ya analizadas) y de las subjetivas. Dentro de las últimas, está el análisis del sindicalismo ecuatoriano y del Partido Comunista.

El sindicalismo ecuatoriano desde 1922 hasta la actualidad

Como vimos al inicio, el sindicalismo ecuatoriano ha estado preñado de grandes taras ideológicas, de un oportunismo exacerbado y pocas veces ha estado libre de la influencia burguesa en su conducción.

La primera fase, descrita por Marx, como de ayuda mutua, se dio en el país en las primeras décadas del siglo XX, fundamentalmente hasta la década del 30. Con el nacimiento orgánico de la tendencia de izquierda en el país, esto cambia un poco. Pero la Confederación de Trabajadores del Ecuador, la primera central sindical en el país, nace en 1945 cuando el viejo partido comunista comenzaba a transitar el camino revisionista. Por tanto desde sus inicios la CTE se estancó en la segunda fase: la lucha exclusiva por las reivindicaciones económicas y gremiales. Este proceso economicista se combinó con el cretinismo parlamentario, al punto que Pedro Saad, primer secretario del viejo partido y presidente de la CTE fue varias veces senador funcional utilizando a la CTE para el oportunismo electoral, la negociación con la patronal y sirviendo de ficha de ajedrez al social-imperialismo soviético.

Este proceso, se rompe por un corto periodo de tiempo, cuando nace el PCMLE y aunque no tenía una central sindical, pudo organizar a un sector de los obreros en la lucha por las reivindicaciones inmediatas ligada a la lucha por la revolución. Después y paradójicamente sucede algo similar con lo que pasó con el viejo partido: el PCMLE crea una central sindical, la UGTE en 1984, cuando ya había sido derrotada la línea revolucionaria en su interior y se retoma el camino parlamentario.

Como vemos, el sindicalismo ecuatoriano no ha logrado superar la primera y segunda fase en su desarrollo, y más aun, éste ha sido distorsionado por el cretinismo parlamentario.

Desde 1945 en que surge la CTE, pasando por 1984 cuando se crea la UGTE hasta nuestros días, el sindicalismo ha sido utilizado para el acomodo de los dirigentes y el parlamentarismo.

Los dirigentes de la CTE llegaron en el colmo del oportunismo, en los años 80, ha plantear la huelga solo cuando exista mayoría parlamentaria afín a los trabajadores para que el paro sea “exitoso”.

De su parte, los dirigentes de la UGTE andan paseándose por el mundo a nombre de la revolución, acomodándose ellos y sus familias en puestos dentro del viejo Estado (salvo contadas excepciones) y en su gran mayoría utilizando a la central sindical para promocionarse y luego participar en las elecciones burguesas. Por poner un ejemplo: Lenin Rosero, quien es asesor jurídico de la UGTE, y miembro de la directiva nacional del MPD, después de haber lucrado por largos años a nombre de la revolución, posee 4 casas entre Quito, Tumbaco y Esmeraldas; es dueño del colegio privado Humboldt en Quito y cuando fue vice-presidente del Tribunal Constitucional en el 2005, perdonó la deuda de 2 millones de dólares que el PRIAN tenía con ese organismo por haber violado el límite del gasto electoral.

Y lo más grave del sindicalismo ecuatoriano, manipulado por los partidos comunistas revisionistas, es haber puesto al movimiento obrero a la cola de una u otra facción burguesa. Son décadas de esa siniestra política revisionista de rotular a una facción de la gran burguesía, a la burguesía burocrática, como progresista, confundiéndola con la burguesía media o nacional.

En el 44, el viejo PC y su recién estrenada CTE trajeron a Velasco Ibarra desde Colombia para proclamarlo presidente; en 1956 apoyaron las candidaturas de Raúl Clemente Huerta, en los 70 apoyaron al gobierno de Guillermo Rodríguez Lara, estuvieron en los 90 en el gobierno de Rodrigo Borja; en ésta década en el de Lucio Gutiérrez y ahora con el de Correa.

La UGTE y el PCMLE, haciendo una lectura errónea y revisionista de las clases sociales en el Ecuador, llevaron a los trabajadores a hacer campaña, votar y apoyar al gobierno de Lucio Gutiérrez al que artificialmente llamaban “democrático, patriota y progresista”; co-gobernaron aun cuando Lucio subió los combustibles y el pasaje, aun cuando se declaraba el mejor aliado de EEUU, justo en momentos en que George Bush daba la orden al Ejército yanqui de invadir Irak. Edgar Isch, desde el Ministerio de Medio Ambiente, Ciro Guzmán como asesor jurídico de Lucio Gutiérrez, en la primera etapa, y después Lenin Rosero como Vicepresidente del Tribunal Constitucional y Geovanny Atarihuana como vocal principal del Tribunal Supremo Electoral.

En el 2006, hicieron cosa similar. Catalogaron a su antojo a Rafael Correa como “democrático, patriota, progresista, y el representante de una gran corriente de izquierda”. El PCMLE-MPD sirvió de escalera del reformismo, de legitimador de la burguesía burocrática que lo utilizó para darse una imagen de “izquierda”. Pusieron a Tania Masón como Ministra. Frente al mal reparto de cuotas burocráticas de poder e influencia y movidos por sus propios intereses electorales, desde fines del 2009, dicen estar en la “oposición”, lo cual no es obstáculo para que varios de sus militantes anden trabajando en el Consejo de Participación Ciudadana (gobiernista) desde los más altos puestos hasta los pequeños espacios provinciales.

Y para aquellos que andaban diciendo, y descaradamente lo hacen todavía, que el reformismo no es tan malo, que era preferible Correa a Noboa, y que “radicalizarían el proceso” les transcribimos unas frases escritas por el gran camarada Lenin:
“El reformismo es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital….Por eso el reformismo, incluso cuando es totalmente sincero, se transforma de hecho en un instrumento de la burguesía para corromper a los obreros y reducirlos a la impotencia. La experiencia de todos los países muestra que los obreros han salido burlados siempre que se han confiado a los reformistas”. (Marxismo y Reformismo).

Toda esta política revisionista y de conciliación de clases ha causado una gran dispersión y confusión entre los trabajadores, que mal orientados y engañados durante décadas, han preferido irse un sector con el gobierno, otro sector con la oposición de derecha y el revisionismo, y una muy pequeña franja tratando de reorganizarse o luchar por su cuenta.

En estas condiciones las tareas del proletariado revolucionario son:

a) Hacer de la reconstrucción del Partido Comunista del Ecuador un proceso de profundo debate ideológico y político, de reorganización de cuadros revolucionarios, de forjar una tendencia de izquierda de nuevo tipo y de desenmascaramiento de las posiciones revisionistas y reformistas: parlamentarismo, oportunismo, pacifismo, “teoría del mal menor”, etc.

b) Negar al viejo sindicalismo amarillo y comenzar a tejer una red revolucionaria dentro de las distintas ramas de la producción, que se base en la lucha por las reivindicaciones inmediatas vinculadas férreamente a la lucha por la Revolución de Nueva Democracia.

c) Difundir el Programa de Gobierno de la Revolución de Nueva Democracia entre las más amplias masas de trabajadores, documento que se lo puede encontrar en la página de las Ediciones Vanguardia Proletaria.

d) Combatir al gobierno en su política laboral burguesa, en sus decretos y leyes anti-obreras, contra su entreguismo de los recursos naturales. Exigir y luchar por el alza general de sueldos y salarios, la aplicación plena del derecho a la organización sindical y la huelga, los contratos colectivos, la estabilidad laboral, entre otros.

¡NI CORREA NI OPOSICIÓN…
EL MAOÍSMO ES REVOLUCIÓN!
¡SALVO EL PODER TODO ES ILUSIÓN!
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!

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