¡Proletarios de todos
los países, uníos!
El 15 de noviembre de 1922 se constituye en el
bautizo de sangre y fuego de la clase obrera en el Ecuador. Hace 90 años, los
obreros y trabajadores de distintas ramas productivas, fábricas y talleres,
principalmente de la ciudad de Guayaquil, realizaron una serie de protestas que
culminaron en la huelga de 1922. Las clases dominantes del país, gran burguesía
y terratenientes, junto al imperialismo norteamericano reaccionaron conforme a
su naturaleza explotadora: dieron la orden al Ejército para que acribillen a
los obreros en huelga, saldando aquel trágico día con cerca de 1000 muertos;
tras esta lucha los trabajadores conquistaron la jornada laboral de 8 horas.
Desde esa fecha hasta la actualidad, la situación de
la clase obrera y los trabajadores del Ecuador no ha cambiado sustancialmente.
El capitalismo burocrático sigue profundizándose con el actual gobierno
fascista: 6% de desempleo, 45% de sub-empleados, 292 es el salario básico
mientras Correa gana 7 mil dólares mensuales, los asambleístas 6 mil y los
jueces nacionales 5 mil; los grandes burgueses y terratenientes, en
confabulación con el imperialismo (EEUU y CHINA), siguen explotando a los
trabajadores, principalmente a obreros y campesinos.
En estas condiciones, aprovechamos la conmemoración
de los 90 años del 15 de Noviembre de 1922 para extraer lecciones de estos
duros acontecimientos, con la perspectiva de avanzar en el proceso de
reconstrucción del PCE, profundizar la lucha de fracciones comunistas y
contribuir a concienciar y organizar a las masas populares.
-Clase en sí y clase
para sí
El marxismo nos enseña que existen dos categorías
para definir la clase social. Clase en sí, significa que objetivamente,
productivamente, tal persona es de ésta o aquella clase. Mientras que clase
para sí significa que se identifica con las concepciones e intereses de su
propia clase social u otras. Por ejemplo, un obrero puede no tener conciencia
de su situación como clase explotada y del papel que debe cumplir en la
historia, puede incluso identificarse con la ideología burguesa. Otro caso es
el de varios intelectuales, que siendo pequeños-burgueses económicamente,
asumen la ideología del proletariado, se transforman en comunistas.
Los obreros que participaron de aquella huelga de
1922 no tuvieron conciencia de su papel de clase, el movimiento obrero
ecuatoriano recién estaba estructurándose y las tesis comunistas apenas habían
comenzado a llegar al país. De esa manera, sin dirección proletaria, los
obreros marcharon contra la burguesía de forma espontánea, con reivindicaciones
casi estrictamente en el plano económico, sin incorporar a las demás clases
trabajadoras en esta lucha y sin una estrategia de violencia revolucionaria. En
esas condiciones los obreros fueron presa fácil del gobierno reaccionario y su
ejército.
Para que las luchas del movimiento obrero y popular
obtengan victorias, para que no sea traficada por los oportunistas y sobre todo
para que esta lucha genere un Nuevo Poder, es imprescindible que exista
dirección proletaria y eso en concreto es la formación del Partido Comunista de
nuevo tipo, el partido marxista-leninista-maoísta.
-Proletariado
dirigente, campesinado fuerza principal
Los obreros, sin dirección proletaria, no lograron
comprender la existencia del capitalismo burocrático en el Ecuador. Conforme a
esto, pretendieron llevar a cabo su lucha exclusivamente con los trabajadores
urbanos, dejando a un lado a las grandes masas campesinas pobres. En esas
condiciones fueron aislados y posteriormente masacrados.
En nuestro país que es semi-feudal y semi-colonial,
el proletariado si bien es la fuerza dirigente del proceso (por ser la clase
más avanzada y última de la historia), es sumamente pequeña (800 mil obreros de
una población de 14 millones de habitantes), mientras que el campesinado
(aproximadamente 7 millones) es un sector grande de las masas pobres, por lo
que se constituye necesariamente en la fuerza principal del proceso.
De esta manera, debemos romper las tesis obreristas
del revisionismo en el Ecuador. La etapa que corresponde a nuestro país no es
el socialismo inmediatamente, sino la Nueva Democracia cuyos ejes son la lucha
anti-imperialista y anti-feudal. El proletariado dirige la revolución democrática
de nuevo tipo, lo que se expresa en la dirección del proceso por el Partido
Comunista; y por otro lado, la alianza obrero campesina no es solo la lucha
conjunta de obreros y campesinos contra los explotadores, sino y principalmente
la conducción comunista del movimiento campesino.
-Sindicalismo rojo
versus sindicalismo amarillo
El movimiento obrero ecuatoriano ha estado en su
mayoría, y por largos periodos de tiempo, manipulado por el revisionismo y el
oportunismo. La Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE) se dedicó a una
lucha economicista y simultáneamente al acomodo de dirigentes burócratas en
secretarias, ministerios, etc., del viejo Estado. En tanto que la Unión General
de Trabajadores del Ecuador (UGTE) es la base de un trabajo electorero del MPD,
profundamente reformista y revisionista; otra central como la CEOSL tiene fama
de haber sido fundada y dirigida por el imperialismo para dividir aún más a la
clase obrera bajo postulados de apoliticismo, mientras que la CEDOC fue creada
para dividir a los obreros bajo el sindicalismo católico, pacifista. Más grave
aún es la actual creación de organizaciones laborales adscritas al gobierno
fascista, tales como el sindicato de trabajadores públicos.
Todo ese sindicalismo amarillo es el que se ha
encargado de dividir y destruir el movimiento obrero, de corromper su
conciencia de clase y arrastrarlo detrás de los proyectos de una u otra facción
de la gran burguesía.
Contra ese sindicalismo amarillista, se levanta el
naciente trabajo del sindicalismo rojo, con dirección proletaria. En ese
sentido hay varias experiencia: saludamos en primer lugar el trabajo que viene
desplegando el Frente de Defensa de Luchas del Pueblo; diversas organizaciones
estamos en un proceso de fundir el marxismo con el movimiento obrero y popular
para lo cual se aprovechan las marchas del primero de mayo, las fechas
históricas como el 15 de noviembre de 1922, las campañas de pintas cerca de
fábricas, comunidades, etc.
Es nuestro deber aplicar la táctica marxista en
cuanto a trabajo de masas: diferenciar las profundas masas que ascienden desde
lo hondo, de esa nata podrida que flota en la superficie y que es la burocracia
sindical amarillista. Por sobre las dirigencias revisionistas y reformistas,
podemos y debemos incidir con propaganda, agitación y organización en los
trabajadores.
-El papel de la
violencia en la Historia
La principal lección que nos deja el 15 de noviembre
de 1922 es sobre el papel de la violencia en la lucha de clases. Aquel fatídico
día, los obreros desarmados ideológica y materialmente, intentaron reclamar sus
derechos siendo aplastados por la burguesía y su ejército.
Está comprobado hasta la saciedad que el Estado no
es un órgano por encima de las clases sociales –como pretenden los
reaccionarios y revisionistas- sino que es la herramienta de una clase social
para aplastar la resistencia de otras clases sociales; la democracia no es
abstracta, tiene sello de clase y en definitiva el principal sostén del poder
de la burguesía son el Ejército y la Policía. Mientras esta verdad universal no
sea difundida y comprendida entre las masas, es imposible siquiera pensar en
una revolución.
Este tema debemos debatirlo a fondo, más aún cuando
en estas últimas décadas el imperialismo y los reaccionarios, en complicidad
con el revisionismo, vienen desplegando el plan “acuerdos de paz” que busca
desarmar ideológicamente a las masas, destruir las guerras revolucionarias y
encarrilar las luchas populares hacia el cretinismo parlamentario, la
conciliación de clases y el oportunismo.
¿Qué hubiera sucedido si en 1922 la clase obrera
ecuatoriana ya tenía dirección proletaria? Esos días hubieran sido precisos
para iniciar una guerra revolucionaria, para que las masas comprendan la
importancia de los fusiles en la lucha de clases.
Siempre el revisionismo ha tergiversado las tesis
revolucionarias del papel de la violencia en la lucha de clases. Así por
ejemplo, en mayo de 1944, después de la “Gloriosa”, los dirigentes del viejo
Partido Comunista andaban junto a los militares pidiendo en pueblos y caseríos
que las masas “devuelvan” los fusiles al Ejército; en los 50 y 60 del siglo
pasado, la peor pesadilla de Pedro Saad era que la militancia del viejo PC se
incline hacia la revolución China que proclamaba la Guerra Popular aplicada a
las condiciones de cada país; y ni que decir del PCMLE cuando ya en los 90 y el
año 2000, su discurso fue el insurreccionalismo de papel, reclutando jóvenes
con el discurso incendiario de la “futura lucha armada”, para inmediatamente
llevarlos a hacer campaña electorera por el MPD y medir sus capacidades según
cuántas personas afilien a la lista 15, cuánta campaña han realizado, etc.
Es un deber de todos los comunistas y
revolucionarios el educar a las masas, teórica y prácticamente, en la violencia
revolucionaria, en la importancia de tener armas, de saberlas utilizar y que
son la única herramienta para la liberación del pueblo. Como parte de nuestro
programa planteamos que cada familia del pueblo tiene el derecho y el deber de
tener un arma, para defender su negocio y hogar. Al que dude o esté contra esto
le preguntamos: ¿por qué solo la burguesía tiene el derecho de tener armas?,
¿acaso las FFAA y la Policía Nacional no son cuerpos armados al servicio de los
intereses de grandes burgueses, terratenientes e imperialistas?, ¿por qué
tienen tanto miedo a que las masas se armen?...
El 15 de noviembre de 1922 debe ser recordado con
profundo sentido de clase, que sirva para seguir impulsando la lucha
revolucionaria por el poder y no como lo hacen los reaccionarios y
revisionistas que ven esa fecha como algo ya “pasado y superado”, que lanzan
inflados discursos para sobre la sangre de los mártires construir sus proyectos
electoreros.
Finalmente, reafirmamos nuestro compromiso
revolucionario con la clase obrera, el pueblo del Ecuador y con el Movimiento
Comunista Internacional.
¡Honor y Gloria a los
mártires del 15 de Noviembre de 1922!
¡Viva el proletariado
internacional!
¡Viva los pueblos
oprimidos que luchan!
¡Salvo el poder, todo
es ilusión!
¡El poder nace del fusil!
COMITÉ DE
RECONSTRUCCIÓN
PARTIDO COMUNISTA DEL
ECUADOR
14/11/2012