(Este documento
fue aprobado por nuestra organización el 3 de marzo del presente año. Con la
muerte de Hugo Chávez, nuestro Partido priorizó –como no podía ser de otra
manera- la lucha de dos líneas en el seno del MCI en torno al desenmascaramiento
y combate al actual gobierno venezolano como fascista-corporativo y que
profundiza el capitalismo burocrático en dicho país. Con el pronunciamiento de
la gran mayoría de partidos comunistas y organizaciones revolucionarias condenando
al fascismo chavista y en favor de la revolución de Nueva Democracia en
Venezuela, consideramos que se ha cumplido el objetivo principal; en tanto que
el revisionismo y centrismo de todo color y ropaje han sido derrotados
contundentemente. En tales condiciones, nuestro Partido da por terminado este
debate y nos concentraremos en los temas directos de la construcción del
movimiento comunista en el Ecuador y el extranjero.)
Cada
día y con mayor frecuencia, los noticieros extranjeros y del país, nos traen
crónicas de hechos represivos contra las masas populares, contra los comunistas
y revolucionarios. Es la lógica del imperialismo –la reacción en toda la
línea- y más aún del fascismo existente en muchos países, pretenden
destruir por completo los movimientos revolucionarios, o como dicen sus
expertos en seguridad “matar al niño en
el vientre, antes de que nazca”, es decir conjurar la lucha de las masas
antes de que se pueda estructurar un movimiento comunista y más aún antes de
que estalle la guerra popular, o si ya existen combatirlos hasta su
destrucción.
En
tales circunstancias nuestro Partido edita el presente documento, para de una u
otra manera, contribuir al combate a la represión.
Desde
luego hay que entender que el principal lineamiento de seguridad estratégica y
táctica, es precisamente abrazar la ideología del proletariado, el
marxismo-leninismo-maoísmo, y conforme a esto insertarse entre las masas; estos
dos son los verdaderos sustentos de toda la seguridad de los comunistas y
revolucionarios en su lucha contra el imperialismo, la reacción y el
revisionismo; lo otro, las medidas técnicas, son solamente un complemento.
Los
comunistas y revolucionarios, incluso los sectores democráticos del pueblo,
debemos conocer y aplicar unas normas de seguridad básicas para prevenirnos de
posibles golpes del imperialismo, la reacción y el revisionismo, para no darles
triunfos fáciles; y, sobretodo, para preservar las fuerzas propias y así seguir
bregando por la revolución.
Estos
lineamientos de seguridad revolucionaria deben ser aplicados de forma creadora,
no esquemática o mecanicista. Se deben aplicar según la realidad específica (será
diferente según la etapa de la revolución que se atraviese, si es en la ciudad
o en el campo, si es en medio de la Guerra Popular o en el curso de su
preparación) y el tipo de organización u organismo de que se trate, tomando
las enseñanzas de Lenin: “...el grado de clandestinidad y la
forma orgánica de los diversos círculos, dependerá de la naturaleza de sus
funciones: por consiguiente, las formas de organización serán las más variadas
(desde el tipo de organización más ‘estricto’, estrecho, cerrado, hasta el más
'libre', amplio, abierto y poco estructurado)”.
Finalmente, debemos reafirmar la
tesis marxista-leninista-maoísta de que la verdad tiene carácter de clase.
Decimos esto porque hay que combatir las posiciones del idealismo burgués tan
difundidas desde las aulas escolares, la prensa reaccionaria y los círculos
religiosos de que “hay que decir la verdad frente a las autoridades”, “que no
hay que mentir”, “que hay que establecer y/o restablecer la verdad”, “que no
decir la verdad es un pecado que se va contra los 10 mandamientos”, etc.; y
conforme a esto dicen que la verdad eterna es el capitalismo como último y
definitivo modo de producción de la historia, el “derecho” a la propiedad
privada sobre los medios de producción, la defensa del Estado reaccionario,
etc. Para los comunistas, la verdad tiene un nítido sello de clase, así por
ejemplo, la burguesía y sus tribunales dicen que las coartadas de los
revolucionarios son mentiras, mientras que para nosotros son herramientas de
defensa contra su sistema de opresión social, son nuestra verdad; o cuando el
partido comunista realiza una recuperación económica, la burguesía dice que eso
es robar, que es un horrendo delito, mientras que para los comunistas es
recuperar dinero y bienes para la revolución.
La verdad sólo dejará de ser clasista cuando estemos en el comunismo, ya
que ahí al no existir clases sociales, la sociedad será un todo único de
trabajadores sin explotación alguna, con paz y felicidad perdurables; en donde
habrá una sola verdad: la de la humanidad trabajadora viviendo en el dorado
comunismo.
A continuación publicamos algunos
lineamientos de seguridad revolucionaria, como producto de nuestra propia
experiencia y de los aportes de otros partidos y organizaciones al respecto. No son ningún compendio magistral, son tan
solo normas básicas que ya se aplican en el MCI y en el movimiento
revolucionario de masas, pero que con frecuencia se las olvida o menosprecia
dando lugar a caídas y golpes innecesarios. Por eso nuestro Partido las
edita, para su estudio y aplicación creadora en el país y el extranjero como
parte integrante de las tareas revolucionarias del proletariado.
1.-La política manda al fusil.-Este principio rige prácticamente al resto de normas
de seguridad, pues toda lucha debe tener en cuenta el objetivo político, el
estado actual de la lucha de clases, la correlación de fuerzas, etc., todo esto
para que las acciones contribuyan al desarrollo del proceso revolucionario y no
a su estancamiento o aislamiento y por ende no facilitarle triunfos a la
represión.
2.-Razón, ventaja y límite.-Esta es una gran enseñanza de Mao Tsetung en torno a
la lucha revolucionaria. Existen tres tipos de lucha: económica, política y
teórica. Hay que saber desarrollarlas aplicando el principio de “razón, ventaja y límite”, de esta
manera nos ganaremos a las masas y seremos menos vulnerables frente al enemigo
de clase.
3.-Clandestinidad.-En la
organización clandestina o semi-clandestina se trabajará con seudónimos,
coartadas, campanas y datos convencionales. Implica tener un alto sentido de
vigilancia revolucionaria contra toda la actividad de zapa del enemigo de
clase.
4.-Uso de libretas o agendas.-Escribir
lo estrictamente necesario y tener cuidado en su manejo; de preferencia
escribir en clave (que uno mismo se entienda pero nadie más).
5.-Romper la rutina.-La rutina
de los revolucionarios es uno de los mejores auxiliares de las fuerzas
represivas. Romper los 5 tipos de rutina: caminos, horarios, lugares, días,
actividad. Cambiarlos frecuentemente para despistar a la represión.
6.-Uso de internet y redes sociales.-Para
trabajos de envergadura no se utilizará la computadora personal pues al subir
comunicados o fotos al internet, la represión puede detectar el IPED o código
que toda computadora tiene, ver quién es el propietario o donde está
localizada. Los correos electrónicos llevarán nombres falsos y además se pueden
utilizar para guardar información de forma más segura que en una flash memory.
Las redes sociales (facebook, twitter, sónico, etc.) son fácilmente
rastreables, es mejor utilizar perfiles falsos, de organizaciones, y si se
tiene perfil personal limitarse en los contenidos y debates que se publiquen. Evitar
entrar mediante dispositivos celulares. Al culminar una tarea, borrar el
historial de la computadora.
7.-Seguimiento.-Para evitar el seguimiento hay que cambiar con
frecuencia de rutas y medios de transporte; en ciertas condiciones no dirigirse
directamente al punto de encuentro, regresar a ver cada cierto tiempo o
distancia recorrida; ingresar improvisadamente en una tienda, consultorio
médico, etc.
8.-Reglaje.-No se debe realizar una actividad importante, ya sea
una acción de masas o una reunión organizativa, sin llevar a cabo un reglaje
previo del lugar. El reglaje sirve para determinar donde hay locales y
vehículos de la represión, sedes de partidos reaccionarios y/o revisionistas,
paradas de transporte, rutas de salida, cabinas telefónicas y todo aquello que
puede ser útil que sepamos para cualquier emergencia o situación de represión.
9.-Compartimentación.-En la organización revolucionaria, cada militante
debe conocer exclusivamente lo básico para desarrollar su trabajo, no más allá
de lo necesario. Y sobre todo se aplicará rigurosamente el centralismo
democrático.
10.-Romper
los esquemas.-Hay que romper
el esquema del clásico agente de paisano “alto, robusto y de cabello corto”.
Los agentes pueden llevar fachadas como vendedores ambulantes, mendigos,
rockeros, etc. Igualmente en torno a los vehículos de la represión.
11.-No
a las confidencias.-Saber mantener
los secretos de la organización: no decirlos a familiares, amigos, novias (os),
compañeros de trabajo, estudio, vecinos, etc. Es muy peligroso hablar más de la
cuenta y nos puede traer graves consecuencias personales y organizativas.
12.-No
delatar.-Esta es una de las mayores
normas de seguridad de los revolucionarios frente a la represión. Con justa
razón el PCP la considera como la “Regla de Oro” que no deben romper los
camaradas, compañeros y combatientes que han caído en manos de las fuerzas
represivas. A su vez, el gran comunista maoísta brasileño Manoel Lisboa decía
que, para un comunista o revolucionario delatar al partido u organización
frente al enemigo, es algo peor que la muerte; y por tanto no hay que delatar
bajo ninguna circunstancia.
13.-Ser
observador.-Siempre estar atentos a lo
que sucede a nuestro alrededor, así cuando algo esté extraño o fuera de lo
común, podremos tomar medidas rápidas ante cualquier intento de la represión.
14.-Uso
del teléfono.-Tanto la
telefonía fija como la móvil pueden ser fácilmente interceptadas por la
represión. Por lo tanto hay que limitarse en su uso, hablar lo estrictamente
necesario y de ser posible en términos convencionales. A su vez es más seguro
utilizar cabinas públicas antes que un teléfono personal.
15.-No ser ingenuo.-Los comunistas y revolucionarios no creemos –desde que se dio el
esclavismo hasta la presente época histórica- que existe una “humanidad” en
abstracto o al margen de las clases sociales. Para nosotros los seres humanos
están divididos en clases sociales y como tales representan unos u otros
intereses, defienden unas u otras posturas políticas. En esas condiciones, no
debemos tener confianza a ciegas en un amigo o familiar; mucho menos creer en
la “humanidad” de las fuerzas represivas, sacerdotes, políticos burgueses o
revisionistas, quienes no dudarán en masacrarnos cuando tengan la oportunidad.
Insistimos, estos son lineamientos básicos de
seguridad en el accionar revolucionario, que buscan conservar las fuerzas
propias. Sin embargo, siempre habrán bajas, lo importante es reducirlas al
máximo.
En su aplicación hay que cuidarnos del derechismo e
izquierdismo; derechismo que se expresa en el menosprecio a su aplicación, en
creer que los “altos ideólogos” se deben ocupar de la “alta política” mientras
que solo las bases deben tomarlos en cuenta, o que en tiempos más o menos
pacíficos de la lucha de clases la represión deja de actuar, etc.; e
izquierdismo que se expresa en la tendencia a exagerar los casos más simples,
en ver a un agente en todo el que pasa, en la tendencia al ocultismo, etc.
En la lucha de clases triunfa –tarde o temprano- la
clase más avanzada históricamente forjando una ideología, estrategia y táctica
superiores a las de las clases viejas o en descomposición. Esto es una ley
histórica inevitable. En la presente contienda el proletariado y pueblos
oprimidos sabremos vencer científicamente toda la campaña de represión del
imperialismo, la reacción y el revisionismo.
COMITÉ DE RECONSTRUCCIÓN
PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR
03/03/2013